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Cuantos más años llevo recorridos, más tengo claro que no hay respuestas sencillas a los retos que nos trae el futuro. Se trata más bien de formular las preguntas correctas, y luego tratar de avanzar en las respuestas en compañía de personas comprometidas (y en nuevas preguntas que van surgiendo a medida que avanzas…) Es un viaje, más que un destino.
Así que, cuando me pedían que escribiera un artículo sobre las políticas claves que necesitamos en este momento, me han venido a la cabeza más preguntas que respuestas, y he pensado que sería mejor dejarlas así, como diez preguntas en las que la colaboración público-privada debe avanzar con decisión en estos próximos años.
La primera hace referencia precisamente a esa colaboración ¿cómo podemos fortalecer las relaciones entre lo público, lo privado y la sociedad civil y cómo alimentar los liderazgos que necesitamos en esos tres ámbitos? Necesitamos liderazgos compartidos, tejer complicidades, necesitamos empatía, necesitamos una conversación tranquila delante de la sociedad para afrontar los grandes retos. Necesitamos a las mejores personas comprometidas en esos tres frentes, a las que son capaces de ilusionar a la sociedad con metas ambiciosas, y construir el camino para alcanzarlas.
La segunda: ¿cómo damos la prioridad necesaria a la política industrial, como la diseñamos para que sea efectiva? Para que florezca la industria del futuro es preciso alinear muchas políticas: innovación, empleo, fiscalidad, energía, educación… Sin industria, no habrá prosperidad, y no habrá dinero para responder a todas las demás preguntas. Así que las otras ocho tienen que ver con esa prioridad y alineamiento.
Tercera: ¿Cómo creamos mecanismos para asegurar el arraigo de los centros de decisión de nuestros grandes proyectos industriales? Tiene que ver con fiscalidad y con ecosistema financiero, tiene que ver con proyecto de país, tiene que ver con cultura y tiene que ver con talento. Si lo hacemos bien, retendremos a nuestros mejores jóvenes, y los captaremos de fuera. Si no, perderemos capital intelectual, que es el más valioso en estos tiempos…
Cuarta: ¿Cómo impulsamos de forma decidida la formación dual y la formación continua? Dicho de otro modo ¿cómo conseguimos que empresa y educación trabajen juntos? Tiene mucho que ver con la primera pregunta, aunque también con explicar a la sociedad la importancia de este reto.
Quinta: ¿Cómo nos posicionamos como un nodo de conocimiento avanzado en este mundo global? Seguro que la respuesta pasa por invertir más y mejor en Ciencia y Tecnología (vamos muy tarde en esta apuesta…). Pero no basta. Hay que fortalecer la gobernanza de Universidades, Centros de Investigación, Centros Tecnológicos, Unidades de I+D empresariales. Hay que exigirles mucho más (reconociendo lo mucho que ya tienen recorrido). Hay que impulsar con decisión también el emprendimiento industrial.
Sexta (muy relacionada con la quinta, me parece): ¿Cómo construimos un país en el que los jóvenes decidan quedarse, decidan venir? ¿Cómo les damos esperanza para que decidan construir sus familias, sus raíces, aquí? ¿Qué cosas tenemos que cambiar para ser más acogedores con los que vienen de otros lugares? Necesitamos personas. Necesitamos jóvenes. Necesitamos ilusión. Necesitamos talento (en realidad, si conseguimos estas cosas, todo lo demás se arreglará solo).
Séptima: ¿Cómo conseguimos que nadie quede atrás? En una sociedad rota, ninguna de las preguntas anteriores tiene respuesta. En una sociedad insolidaria haciadentro y hacia fuera, no es posible construir futuro. Si algo hemos hecho bien en este país, es no olvidar nunca esa gran verdad. Pasa por la fiscalidad, pasa por muchas políticas. Pero sobre todo pasa por ir contracorriente de la cultura dominante de individualismo, de sálvese quien pueda…
Octava: ¿Cómo contribuimos a construir un mundo mejor? Eso empieza por construir relaciones de buena vecindad geográfica. Y, sigue con construir ciudadanía en un proyecto global. Agenda 2030, Objetivos de Desarrollo Sostenible, todo el universo de la cooperación en el que Euskadi ha sido siempre generoso, y gracias a eso hemos aprendido tantas cosas…
Novena: Todo lo anterior necesita una música de fondo a la que solemos llamar cultura, solemos llamar identidad. Si no sabemos quiénes somos, de dónde venimos, difícilmente seremos capaces de saber a dónde queremos ir… La clave es hacerla incluyente, que no se convierta en una excusa para dividir, sino en una razón para sumar, para aceptar al que tiene otra identidad y que se sienta acogido…
Décima: Construir todas las respuestas a todas estas preguntas requiere de buena gestión. Necesitamos personas que aporten experiencia, compromiso, honestidad, conocimiento y sentido común. No vale apostar por todo, hay que asumir apuestas, y gestionar con prudencia los riesgos.
Igual echas en falta preguntas de educación, de sanidad, de turismo, de agricultura, de pequeño comercio, de vivienda… Seguro que todo eso hace falta, pero me conformaría en todo ello con la pregunta décima (buena gestión pública) y la séptima (que nadie quede atrás). Está bien dedicar atención a las políticas de distribución, pero creo que en estos próximos años deberíamos dar más prioridad a las de creación de riqueza…
Guillermo Dorronsoro
Guillermo Dorronsoro
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DON JOSE Mº ARIZMENDIARRIETA
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