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Intervención de MARIO TOSO en Roma el 15 octubre 2012

+ MARIO TOSO

0. Buenas tardes, monseñor Don Ricardo Blázquez, señor Embajador de España ante la Santa Sede, señor Jiménez, señor Sinde, señor Sanz, rector de este centro, muchas gracias por su acogida, estimados todos y todas aquípresentes.

Unas breves palabras. Este acto de presentación de la Experiencia Cooperativa de Mondragón en el Centro de Estudios Eclesiásticos de la Iglesia de los españoles de Santiago y Montserrat es muy oportuno. SabenUstedes que se produce en vísperas del acto de mañana dirigido a padres sinodales y auditores, en el que intervendrán el Cardenal Peter Turkson y el Cardenal Antonio Cañizares. Cuando el pasado mayo estudiábamos esta propuesta en el Consejo Pontificio «Justicia y Paz» pronto vimos que esta presentación encajaba de forma extraordinaria con el leitmotiv del Sínodo de Obispos, “La Nueva Evangelización para la transmisión de la fe cristiana”.

Déjenme ofrecerles un par de razones.
1. La doctrina social de la Iglesia no es algo aparte o un segundo momento de la misión evangelizadora de la Iglesia, sino que constituye una de sus dimensiones esenciales. La evangelización es un proceso “rico, complejo y dinámico” (EN 17), que incluye el anuncio de Jesucristo, de palabra y obra, un apostolado con testimonio de vida; la conversión a Jesucristo y la inserción en el Cuerpo de Cristo, la Iglesia; también la construcción del reinado de Dios en medio de los ambientes y las estructuras del mundo.

La Evangelii Nuntiandi, preparada precisamente por el III Sínodo de Obispos sobre la Evangelización de 1974 decía que evangelizar “significa para la Iglesia llevar la Buena Nueva a todos los ambientes de la humanidad y, con su influjo, transformar desde dentro, renovar a la misma humanidad: He aquí que hago nuevas todas las cosas” (Apocalipsis 21, 5)
(n. 18). Creo que es precisamente ésta la perspectiva adecuada para entender el origen de la Experiencia Cooperativa de Mondragón. El sacerdote Arizmendiarrieta, su fundador, lo decía así: “el movimiento cooperativo, entre sacrificios y renuncias, colabora al nacimiento de un hombre nuevo y un nuevo orden social” (Cfr. Molina, 2005: 11)

El íntimo vínculo entre evangelización y doctrina social fue profundizado por el Compendio de la doctrina social de la Iglesia (CDSI). Con su enseñanza social –dice el Compendio- lo que la Iglesia pretende es “anunciar y actualizar el Evangelio en la compleja red de las relaciones sociales”. Continúa “no se trata simplemente de alcanzar al hombre en la
sociedad –el hombre como destinatario del anuncio evangélico- sino de fecundar y fermentar la sociedad misma con el Evangelio”. La sociedad y con ella la política, la economía, el trabajo,… “no constituyen un ámbito meramente secular y mundano” sino que esa “sociedad de los hombres” es citando Redemptor hominis (n. 14), “el camino primero y fundamental de la Iglesia” (CDSI, n. 62).

La Experiencia Cooperativa de Mondragón surge de la visión y el liderazgo de un sacerdote –el Siervo de Dios Arizmendiarrieta- que concibe dentro de su servicio evangelizador, tanto la formación apostólica, humana y técnica de los jóvenes, como la creación con esos jóvenes de estructuras económicas y relaciones de trabajo conformes al Evangelio, todo ello en
agradable culto a Dios, entregándose con su vida y en el servicio del altar. Para él, la estructura de la empresa capitalista, basada en la prioridad del capital sobre el trabajo y en la lógica del máximo beneficio no es conforme a la dignidad propia de los hijos de Dios. En Arizmendiarrieta encontramos realmente un ministerio de evangelización de lo social (CDSI, n. 524). Era bien consciente de que para la evangelización del mundo del trabajo no bastaba con explicar la doctrina social, sino que era necesario el testimonio de prácticas y realidades históricas. El decía: “el mundo obrero no creerá en la doctrina social de la Iglesia si no la ve encarnada en la realidad de las obras sociales” (Cfr. Molina, 2011: 39).

2. Permítanme una segunda razón sobre la oportunidad de esta presentación. Como bien saben, la crisis financiera que estalló en Estados Unidos en 2008 (dos mil ocho), lejos de haber remitido, se ha transformado en una Recesión Global, que de manera particular están sufriendo Uds. en España y también aquí en Italia. Asistimos al empobrecimiento de familias, el despido de millones de trabajadores, la precarización de las condiciones de vida de los ciudadanos y al agravamiento, en definitiva, de la dualización y de la exclusión social. La política social del Estado se debilita ahogada bajo la presión de los mercados. Nada de ello quiere Dios para el ser humano. Como dijimos en nuestra Nota las causas de esta situación son una combinación de errores políticos y debilidades estructurales, y también de fallas éticas, en el marco de una “economía mundial cada vez más dominada por el utilitarismo y el materialismo” (Nota PCJyP, 25 deoctubre de 2011).

No podemos pensar la nueva evangelización al margen de la crisis, de sus terribles impactos sociales y de sus aún inciertas derivadas políticas,espirituales y morales. Es necesario -como dice el Instrumentum laboris del Sínodo de Obispos (2012)- “descifrar” el “escenario económico”, la continua crisis, las desigualdades y el problema de los recursos (n. 56),
como uno de los “lugares de anuncio del Evangelio y de experiencia eclesial” (n. 51).

No es nada fácil el anuncio de Jesucristo –con palabra creíble- a lasvíctimas de la crisis. No es nada fácil proponer con eficacia histórica, luego también económica, la antropología cristiana. No es nada fácil convertir principios como la prioridad del trabajo sobre el capital o el destino universal de los bienes, en realidades de salvación. Pues bien, en la Experiencia Cooperativa de Mondragón la Iglesia puede mostrar que su enseñanza social tiene capacidad para inspirar soluciones técnicas que afrontan de otra forma, con valores éticos, la empresa económica y también la crisis.

En lo que pudiera parecer lo más lejano al reino de Dios, una multinacional y su exacerbada lógica materialista y competitiva, el Espíritu de Dios ha hecho realidad la propiedad cooperativa, la participación de los trabajadores en la gestión de la empresa conforme a su dignidad, el uso del capital al servicio de la comunidad de la producción y satisfacción de
bienes –no a la especulación-, la prioridad del bien común sobre el beneficio individual y la ventaja de la cooperación y la solidaridad. La Experiencia Cooperativa de Mondragón también sufre la dureza de la crisis económica. ¿Pero despide a sus socios trabajadores?

Las noticias que nos llegan es que ellos deciden en común eliminar beneficios y reducir ingresos, que los que trabajan en empresas con dificultades pasan a empresas con beneficios, que unas y otras empresas cooperan entre sí para la formación, para la internacionalización y para la inversión en investigación aplicada, claves del futuro.

Benedicto XVI nos enseña que la crisis, “nos obliga a revisar nuestro camino, a darnos nuevas reglas y a encontrar nuevas formas de compromiso, a apoyarnos en las experiencias positivas y a rechazar las negativas”. La Experiencia Cooperativa de Mondragón es una de estas experiencias positivas en la que apoyarnos. Un verdadero don de Dios para
esta compleja hora que nos ha tocado vivir.

Un ejemplo de cómo traducir en práctica la Doctrina Social de Ia Iglesia y de cómo hacer visible lo que significa vivir una fe rica de obras. Es aquello que ha realizado el siervo de Dios Arizmendiarrieta.

¡Que la Nueva Evangelización! Pueda formar cristianos adultos en la fe, gracias a la recepción y puesta en práctica de la Doctrina Social de la Iglesia.

Muchas gracias.

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